Al parecer los asesinatos se produjeron el pasado mes de agosto junto al río amazónico Jandiatuba, al oeste de Brasil, pero la información solo ha trascendido a raíz de que los propios buscadores de oro se jactaran de las muertes y mostraran “trofeos” en una localidad cercana.
Trabajadores de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), el departamento de asuntos indígenas del Gobierno brasileño, confirmaron a Survival los detalles del ataque. Entre los asesinados hay mujeres y niños. FUNAI y la fiscalía general están investigando lo sucedido.
La región donde se ha producido esta masacre se conoce como la Frontera amazónica de los no contactados, porque en ella viven más pueblos indígenas aislados que en ningún otro lugar de la Tierra.
Varios equipos gubernamentales que han estado protegiendo los territorios de los pueblos indígenas aislados han sufrido recientemente serios recortes por parte del Gobierno de Brasil y han tenido que cerrar.
El Gobierno del Presidente Temer es marcadamente antindígena, y mantiene estrechos vínculos con la bancada ruralista, un grupo de presión del agronegocio contrario a los indígenas que tiene mucho poder en Brasil.
Al parecer, los territorios de otros dos pueblos indígenas no contactados extremadamente vulnerables, los kawahivas y los piripkuras, también han sido invadidos. Ambas zonas se encuentran rodeadas por centenares de agroganaderos y otros invasores de tierras.
Los pueblos indígenas aislados son los más vulnerables del planeta. Sin embargo, cuando sus derechos se respetan, prosperan.
Todos los pueblos indígenas aislados se enfrentan a una catástrofe a menos que su tierra sea protegida. Survival International está haciendo cuanto puede para que se aseguren sus tierras y para darles la oportunidad de decidir su propio futuro.
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró: “Si se confirman estas noticias, el presidente Temer y su Gobierno tendrán una gran responsabilidad por este ataque genocida. Los recortes de fondos para FUNAI han dejado a decenas de tribus no contactadas sin defensa frente a miles de invasores: mineros de oro, agroganaderos y madereros, que están desesperados por robar y saquear sus tierras. Todas estas tribus deberían tener sus tierras debidamente reconocidas y protegidas desde hace años; el apoyo del Gobierno a quienes quieren abrir los territorios indígenas es bochornoso y ha hecho retroceder décadas la lucha por los derechos indígenas”.
Fuente: SURVIVAL